jueves, 17 de mayo de 2012

Sobre la ilusión republicana



De un tiempo a esta parte, a raíz fundamentalmente de un supuesto caso de corrupción que afecta a un miembro de la familia real, reforzado por un episodio menor, como una caza de elefantes, pero que en época de crisis ha creado un fuerte rechazo, estamos observando un incremento de la fuerza republicana, algo que se hace más visible en las manifestaciones de ese movimiento, ilusionante en sus comienzos y cada vez más gaseoso como es el 15-M, donde se ha producido un incremento de quienes portan simbología tricolor.
Que este amanecer republicano sea pasajero o vaya más allá es algo que sólo el tiempo dirá, o, mejor dicho, las clases dirigentes políticas, económicas y mediáticas.
Y decimos esto, porque creemos que si alguna vez se instaura una República será por un acuerdo entre las oligarquías que dirigen España. Cuando éstas consideren conveniente el recambio, comenzará una campaña de acoso y derribo sobre la familia real, sacando a la luz todo lo que hasta hace poco se había decidido mantener oculto, como ya está empezando a suceder.
Para esto siempre es preferible utilizar una crisis económica fuerte, con el descontento hacía los dirigentes y manipuladores de las conciencias de las sociedades. Como forma de contentar a las multitudes, especialmente si aumentan las manifestaciones populares y en algún momento llegaran a producirse disturbios graves o un agravamiento aún mayor de la crisis.
Estos movimientos serían fácilmente realizables si tenemos en cuenta la ausencia casi total de imaginación, de proyectos políticos y programas realmente alternativos-el 15M no es, en el fondo, más que una mezcla de PSOE e IU, una rebelión de consumidores frustrados, donde como pudimos observar en la última manifestación, han desaparecido casi todos los carteles animando a la autogestión, o a la Revolución ética, asuntos claves si realmente se quisiera impulsar algo diferente-.
Los hombres y mujeres del hoy, jóvenes y mayores, sin más ideal en el fondo que vivir como antaño y mantener la sociedad del bienestar material sea como sea-sin ver que ahí está la raíz del abismo  al que nos encaminamos- recibirán entusiasmados, cual maná salvador, tras un tiempo de lavado de cerebro por diversos medios de comunicación, la llegada de la República.
Sin más interés en reflexionar profundamente sobre cómo levantar algo diferente, adictos a los meros cambios externos, a la dirección desde las alturas, las multitudes materialistas, corrompidas y serviles modernas, enemigas de la libertad ,aplaudirán con entusiasmo la nueva bandera, los nuevos colores.
Pensarán que todo será diferente, que la vida cambiará, que llegará un porvenir radiante de riqueza y bienestar.
Al poco tiempo llegará la desilusión, los de siempre y algunas nuevos, peores posiblemente-trevijanistas y otros peligrosos republicanos caudillistas y autoritarios  bajo discursos de regeneración democrática- se encargarán de despertar a los niños y niñas ilusionados.
La ilusión republicana se derretirá como se derrite la nieve rápidamente tras asomar el sol tímidamente entre las nubes invernales.
Pero el sistema de dominio habrá ganado una nueva batalla sin mayores dificultades.

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