jueves, 7 de junio de 2012

Sobre el feminismo




Surgido como consecuencia de la situación de desigualdad de la mujer respecto al hombre en múltiples aspectos como el político, el económico, el sexual…buscando la igualdad de hombres y mujeres el feminismo fue, en sus inicios, un movimiento que podemos considerar positivo por su lucha contra la situación de inferioridad femenina.

Pero más allá de sus aspectos positivos en sus inicios, tenemos que ser capaces de ver si en la actualidad, al menos en nuestra sociedad, el feminismo sería una fuerza liberadora o bien lo contrario, sería una nueva forma de opresión.

Y aunque lo que vamos a plantear no sea políticamente correcto, nuestra opinión es que hoy por hoy se trata de una idea usada para dividir y dominar a la población.

Y esto lo pensamos porque la legislación moderna desarrollada, tal como la Ley de Violencia de Género, liquida la igualdad ante la ley, colocando a media comunidad en la situación de potenciales delincuentes, que pueden ser acosados o denunciados con total impunidad, haciendo recaer la carga de la prueba en el acusado.

Por tanto podemos considerar el feminismo la punta de lanza de un nuevo autoritarismo, diferente de otros en que utiliza la defensa de la mujer como argumento para sus políticas represivas. Pero lo peor del feminismo actual no es sólo la espada de Damocles que usa sobre todos los hombres como amenaza, sino su contribución, buscada o no, a dividir y enfrentar a los sexos, y por tanto aumentado el odio y la atomización creciente del pueblo.

Con todo esto se debilita el hoy por hoy débil espíritu de cohesión(que no uniformidad) imprescindible al menos para resistir los mecanismos de dominio de las clases dirigentes.

Por otra parte la realidad ha liquidado la infantil creencia de que las mujeres , en el poder, harán de éste algo mejor, pues según cierta idea muy extendida, la mujer es, por ser mujer, alguien mucho más sensible, un ser virtuoso por naturaleza, superior al hombre, incapaz de odiar, dominar y destruir.

Lógicamente tal discurso no es más que una bella ensoñación pues el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente y esto vale para hombres y mujeres sin excepción. Y las numerosas denuncias falsas de violencia de género son la constatación de que la maldad es inherente al ser humano, sin distinción de sexo, especialmente cuando se impulsa la impunidad.

Quienes crean que estando la maquinaria de mando en manos de mujeres todo va a cambiar, se equivocan de cabo a rabo. Un mundo dominado por las mujeres sería igual que el dominado por hombres. Y mucho nos tememos que el futuro nos dará la razón a los que pensamos así.

La alternativa por tanto al feminismo  pasa por una verdadera igualdad de sexos, que no consiste en negar las diferencias que podrían darse entre hombres y mujeres, sino en que no haya privilegios ni leyes que favorezcan a unos u otras. Por tanto tenemos que rechazar un falso proteccionismo que implica, por una parte, infantilizar a las mujeres, convirtiéndolas en dependiente de las autoridades estatales pero por otra supone darles el poder de destruir a los hombres por una simple denuncia.

Lo que necesitamos es desarrollar una cultura de no dominación que pueda ser abrazada indistintamente por hombres y mujeres y  cuyo objetivo no sea ascender en la escala jerárquica, la admisión de los valores del sistema, la integración en éste y sus estructuras como el ejército y otras y la igualdad por lo bajo con el sector de los hombres que dirigen y manipulan al pueblo,objetivo del feminismo, sino unirse en un proyecto de sociedad de seres libres y cooperativos con su diversidad.

Ésta se trataría de una manera de superar el machismo y el feminismo como fuerzas tiránicas y de abrir camino a una civilización menos rota por odios y divisiones artificiales.

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