domingo, 16 de septiembre de 2012

Babel

Quisiéramos recomendar una obra de teatro, que, aunque trata temas universales, lo hace desde un punto de vista  innovador y arriesgado, que podía haberla conducido al fracaso, pero que, para nosotros, acaba por llevarla al triunfo.

Babel comienza con los cuatro actores hablando a la vez, interpretando a dos parejas que acaban de conocerse, cada una en dos hostales diferentes. Pero el diálogo es el mismo, todos expresan sus nervios, sus miedos, el porqué han llegado a esa situación, qué buscan intentando engañar a sus respectivas parejas.

La obra nos lleva a reflexionar sobre la infidelidad, las mentiras,sobre que es lo moralmente correcto, sobre la monotonía, sobre el intento de recuperar las ilusiones perdidas de épocas anteriores, cuando los sueños sobre un futuro feliz dominaban las mentes, sueños que poco a poco se van disolviendo ante el choque con la realidad, siempre más fea que las bellas ensoñaciones juveniles.

Pero la historia no es sólo la vida de estos cuatro personajes, sus inquietudes, lo que piensan, lo que les sucede, a veces cosas tristes, otras alegres o cómicas, sino  que los mismos actores representan a otras parejas, otras historias, como la entrañable y triste a la vez del enamorado al que abandona su prometida, sin ninguna explicación y a la que, años después, continua añorando e, incluso, buscando-¿quién no ha pasado por algo parecido?, ¿quién no recuerda esa chica que perdió, o de la que se enamoró sin decirla jamás nada, simplemente amándola desde lejos?, ¿quién no recuerda su nombre, e intenta, pasados muchos años, reconstruir su rostro, su figura, cada vez más difusa en sus mente?, ¿quién no sueña con reencontrarla, con verla aunque sea fugazmente y saber que está bien, que aún camina por el mundo?-; la de la psicoanalista que a su vez carga con problemas psicológicos, y su marido, que ya no la ama y que la engaña con otra, siendo esa otra la que abandonó año atrás al enamorado que aún la busca y, sorprendentemente, clienta de la psicoanalista.

Y es que Babel también habla de los lazos que unen a mucha gente, aun sin saberlo. De los vínculos que nos unen con desconocidos de los que no somos ni seremos nunca conscientes.

Y, sobre todo, Babel reflexiona sobre la soledad y sobre la incomprensión  que hay entre hombres y mujeres y que nada parece poder solucionar.

Una obra que merece la pena ver.

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