domingo, 9 de septiembre de 2012

Elefante Blanco

Interesante y profunda película argentina que nos introduce en el mundo de los religiosos volcados en una labor de ayuda de los más desfavorecidos poniendo énfasis no sólo en el aspecto social, sino en el individual de sus protagonistas.

Elefante Blanco nos cuenta la amistad de dos sacerdotes, Julián y Nicolás, uno de ellos superviviente de una matanza realizada por paramilitares en una misión amazónica que trabajan en una barriada marginal de Buenos Aires intentando mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y conseguir construir un hospital,  proyecto paralizado durante años.

La película, casi como en un documental, refleja muy bien lo que es la vida en una zona marginal y sus problemas. La droga, la violencia de las pandillas dirigidas por mafiosos que controlan el negocio del narcotráfico, la desestructuración familiar, la delincuencia, aunque también los fuertes lazos de amistad, la cultura de protección y no denunciar al compañero, en una palabra la no traición.

Y es en medio de esta situación donde tiene que desenvolverse la vida de unas personas que, no todas religiosas, decidieron elegir una opción de vida, la de entregarse por los pobres. 

Pero esta vida no es presentada como algo paradisiaco, como algo ideal, sino que vemos a sus protagonistas sometidos a dudas continuas, cansados y en numerosas ocasiones tentados a tirar la toalla, siendo conscientes de lo difícil que es lograr cosas positivas en ese universo de penuria y tiroteos.

Porque, por otro lado, los problemas a los que tienen que enfrentarse no proceden sólo del barrio, sino de las autoridades políticas y de la propia Iglesia que no les da el apoyo que ellos esperaban, abriéndose aquí el enfrentamiento entre quienes quieren ser fieles al Evangelio y quienes tienen sus intereses en otros terrenos más materiales, en el sentido negativo del término.

También aparece en la película el tema del amor y del deseo sexual al que no puede escapar uno de los protagonistas, el religioso francés, torturado por el dilema de seguir o bien su sueño de una vida célibe centrada en ayudar al prójimo o de unirse a la mujer que ama. Aquí entraríamos en el viejo debate entre castidad obligatoria o voluntaria, que junto con el tema del sacerdocio femenino son objeto de polémica dentro de la misma Iglesia desde sus orígenes.

Elefante blanco, que tiene para nosotros su parte débil en que no logra expresar bien ese aspecto de lucha interna de sus personajes,frente a lo magníficamente retratada que aparece la vida en un barrio deprimido, es, con todo, una película que merece verse -como casi todas en las que interviene ese gran actor que es Ricardo Darín- y que da pie a reflexionar sobre muy diversos temas.


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