domingo, 24 de marzo de 2013

Amor y Letras

Amor y Letras se trata de una comedia romántica dirigida por Josh Radnor que, con una mezcla de personajes peculiares y muy diferentes entre sí, y unos diálogos   a veces divertidos y a veces profundos  nos narra el encuentro y atracción entre dos personas a las que separan dieciséis años. 

Él, Jesse, es un orientador profesional algo inmaduro, de aspecto muy juvenil, culto y enamorado de los libros que recibe la invitación de un antiguo profesor de Universidad para dar un discurso en su jubilación.

Allí, tras la alegría de volver a reencontrar y recordar los lugares en los que pasó varios años de su vida conoce a Zibby, una joven de 19 años, muy madura, que no se siente cómoda con los chicos de su edad. Ambos se enamoran, compartiendo cartas en los tiempos en que están alejados unos de otros de gran belleza y sensibilidad. El le describe sus sentimientos de amor-odio respecto a la gran ciudad en la que vive, Nueva York, ella le descubre la música clásica, lo que le hace variar su opinión sobre su entorno y sobre sí mismo, comprendiendo la necesidad de madurar y abrirse al mundo.

La dudas por la diferencia de edad que les separan, la primacía del amor espiritual, no carnal, frente a lo sexual, la diferencia en aficiones literarias, el engreimiento intelectual inicial de Jesse en relación a ciertos libros, que da paso al entendimiento de que son igual de necesarios los textos de entretenimiento exentos de profundidad, pues es necesario desconectar la mente de lo importante de vez en cuando, la aceptación final de vivir cada uno según su ritmo biológico,adaptándose a la edad, sin tener que saltarse etapas,la necesidad de recuperar los viejos estilos de comunicación entre las personas como las cartas frente al uso de las tecnologías modernas,la importancia del compromiso, la presencia de otros personajes en la película decepcionados y desengañados de su vida, el genio estudiantil torturado e inadaptado que padece de profundas depresiones... Sobre todas estas cosas reflexiona Amor y Letras, con mayor o peor fortuna haciéndote a veces sonreír y otras entristecerte.

Lógicamente como todo película de este estilo, no está exenta de momentos de ñoñería, de ciertos tópicos, de algunos personajes manidos como el estudiante de gran inteligencia pero incapaz de encajar en la sociedad-lo que no quita que sea una figura real-.

Su final, puede decepcionar y ser visto como demasiado conservador e incluso ser objeto de debate. Pero es el que ha elegido el director y tiene sus razones, más allá de que se compartan o no.

Por nuestra parte, si bien nosotros no somos seguidores habituales  de este tipo de cine, tenemos que reconocer que Amor y Letras nos ha gustado mucho y la recomendamos para que pasen un rato entretenido.


viernes, 22 de marzo de 2013

Sobre la crisis política y los movimientos en las alturas



Desde hace un tiempo asistimos a la continua aparición de noticias sobre corrupción en los partidos políticos, desde  CIU y el PP con Bárcenas al PSOE con los ERE andaluces, pero también afectan a empresarios, a la propia Iglesia-de ahí los esfuerzos del nuevo Papa por dar una imagen de humildad- a la Monarquía y, quizá, no tarden en aparecer casos sobre los sindicatos, gestores importantes hasta ahora en el régimen de dominación postfranquista-hace poco leía a Luis María Anson en El Mundo decir que había varios equipos de investigación detrás de los sindicatos-.

Es decir que estamos asistiendo no sólo a una crisis económica, sino también a una clara crisis política, es decir a un progresivo desgaste de la confianza en los políticos y los partidos políticos, impulsado todo por la crisis económica y la falta de ilusión respecto al futuro a corto y medio plazo.

Sin embargo, todos estos casos que están siendo sacados a la luz justo en estos momentos, y los que se vayan sacando de los diferentes grupos de poder, ¿lo son por casualidad?. No deja de ser curioso que un medio afín al Partido Popular,El Mundo, sea el que haya sacado a la luz el caso Bárcenas.

No es para nada descartable, por tanto, que estemos asistiendo a un movimiento en las alturas que, conscientes del descrédito de las Instituciones por la situación de grave crisis e incremento continuado del paro estén buscando renovar a la clase dirigente para volver a inyectar ilusión en las clases populares, progresivamente alejadas y decepcionadas de las diferentes fuerzas políticas y, quizás, para evitar un posible estallido social, estallido que, en honor a la verdad, nada parece anunciar, pues hoy por hoy reina una mezcla de resignación y pasividad. Aunque los seres humanos somos impredecibles y nadie puede adivinar si, de forma inesperada, resurgirá alguna rebelión tipo 15M o algo más violento.

Volviendo a la idea de recambio en las élites, no podemos sino intentar intuir las diversas probabilidades que los creadores de opinión y sus aliados pueden tener en mente: Cambiar a los dirigentes de PP y PSOE por otros que generen más esperanza, aupar nuevos partidos como IU o UPyD si los anteriores se vienen abajo y sustituir a Juan Carlos, lo que puede verse claramente con las noticias referentes no sólo a Urdangarín, si no a la ya famosa Corina, habiendo llegado a su fin el muro de silencio en relación a las actividades del Rey y sus allegados. Que algo se mueve en las alturas nos parece claro, la forma que tomará, lógicamente, no podemos saberla.

Por supuesto se hablará-ya se habla- de regeneración democrática, de listas abiertas, de transparencia, de financiación por sus propios afiliados, de reforma de la ley electoral... Con tales tretas se logrará atraer a las multitudes a un nuevo proceso constituyente. Un proceso que será un recambio, una renovación de las caras de los parlamentarios, tal vez de sus siglas e incluso tampoco es descartable que jueguen la baza republicana si la situación se agrava,opción que gana adeptos desde diversas posturas ideológicas y no sólo, aunque pudiera parecer, desde las izquierdas. 

Tal y como están las cosas, ante la ausencia de alguna fuerza realmente alternativa y transformadora con presencia sólida en nuestro país- pese a la aparición o incremento de núcleos de base cooperativistas o autogestionarios, éstos de momento son pocos y divididos- el poder tiene todas las de ganar.

El pueblo aplaudirá entusiasmado los cambios cosméticos para, poco a poco, darse cuenta que todo sigue igual, que el sistema mantendrá sus estructuras de control y manipulación a todos los niveles con algunos retoques. Seremos nuevamente atrapados en una ratonera, y la historia seguirá su curso, con unos dominando y otros aceptando ser masa manejable a cambio de cada vez menos.

Esto es, si somos realistas, lo más factible. La salida más probable a la crisis política salvo que logremos despertar del sueño de siglos y seamos capaces de dotarnos de nuevas ideas, de nuevas estructuras que realmente impliquen un cambio, una salida a la crisis humana y de civilización que domina Occidente.

sábado, 16 de marzo de 2013

Tiempo, historia y sublimidad en el románico rural

Con un título más largo que un día sin pan  Tiempo, Historia y Sublimidad en el románico rural. El régimen concejil, los trabajos y los meses, el románico amoroso, mi amigo Félix Rodrigo Mora ha publicado un libro donde rescata toda una formación social que vivió en la alta edad media en la Península Ibérica no musulmana y que fue capaz de crear desde unas formas de vida y organización política y económica muy diferentes a las del mundo moderno hasta un arte, el románico rural y popular que rompe con la imagen dominante de la edad media.

Y es que para nosotros lo fundamental del libro es el intento de acabar con la visión de la edad media como una época oscura, de represión, donde imperaba el feudalismo, pudiendo los señores hacer y deshacer a su antojo.

Todo este andamiaje académico que ha logrado construir esa imagen tenebrosa del medioevo, Félix logra desmontarlo analizando como eran realmente aquellas comunidades no sometidas al islamismo o que se fueron librando de él y que tipo de cosmovisión las guiaba.

 Pues bien, una de las primeras sorpresas que recibirán quienes se animen a leer el texto es que, frente a la idea de que imperaba el feudalismo y el pueblo no era nada, nos encontramos con villas y aldeas gobernadas por el Concejo abierto, el cual era la reunión de los vecinos en Asamblea para decidir sobre cuestiones y asuntos que afectaran a la vida de la comunidad, donde se nombraban los cargos-anuales-, las medidas económicas, se decidían las leyes, o el llamado derecho consuetudinario...

Nos encontramos, por tanto, ante un sistema democrático mucho más profundo y avanzado que el nuestro, pues la colectividad era la que tenía casi todo el poder, disponiendo de una milicia propia-no confundir con fuerzas militares o policiales profesionalizadas o separadas, al servicio de la clase dirigente, como en la actualidad- y de propiedad mayormente comunal, no habiendo lugar por tanto para el capitalismo, para el trabajo asalariado, nueva forma de esclavitud que sustituyó a la del mundo antiguo de Grecia y Roma, por ejemplo.

Frente al mito del feudalismo y de la Revolución Francesa como impulsora de la democracia, vemos que, gentes sencillas, habitantes de campos y aldeas de los siglos IX, X, XI y XII lograron crear un sistema democrático desconocido y olvidado en la actualidad.

Uno de los aspectos más interesantes del libro, es la tesis de Felix que sostiene que el ideal, la cosmovisión que hizo posible estos logros, fue el predominio de una visión cristiana revolucionaria o evangélica, la que se manifiesta en Hechos de los Apóstoles, El Apocalipsis o pensadores como Beato de Liébana. Tal cristianismo, muy cercano al original, tenía en el amor y en el rechazo a Roma y a la Iglesia oficial sus puntales. La sociedad del amor, de la convivencia fraterna y afectuosa entre los seres humanos requería evitar la propiedad privada y las jerarquías de mando, pues una sociedad jerárquica y con propiedad privada concentrada, suponía una sociedad de enfrentamiento y odio de unos a otros, lo cual se oponía al mensaje evangélico.

Este cristianismo, desgraciadamente, acabó perdiendo la batalla frente al pseudocristianismo representado por la Iglesia católica que acabó desfigurando las ideas de Jesús y sus primeros seguidores. Por otra parte, la expansión del poder de la corona, primero muy débil, siendo poco más que mediadores de conflictos, acabó con el paso de los siglos por destruir el sistema concejil y comunal, que acabó definitivamente liquidado con la revolución liberal de 1812 y las sucesivas desamortizaciones, que más que contra la Iglesia fueron dirigidas contra lo que subsistía de comunal.

Por otra parte, también es un elemento muy curioso del libro la presencia de lo sexual en las iglesias románicas, desde penes y vaginas hasta coitos e incluso bestialismo o zoofilia. Y es que ese cristianismo revolucionario del mundo concejil, aceptaba de buen grado la sexualidad, pues consideraban que ésta era algo natural, que una verdadera espiritualidad no debe considerar inferior las necesidades y deseos naturales, que debe darse un equilibrio entre lo carnal y lo espiritual, de ahí la también presencia del amor no sexual, y de escenas de lucha contra serpientes o monstruos, símbolo de la lucha interior que todo hombre o mujer debe llevar en su interior para no sucumbir al mal, pues tales comunidades consideraban al ser humano un ser bipartido que debía esforzarse por hacer el bien. 

De hecho, las numerosas imágenes de hombres y mujeres enseñando penes y vaginas implica un rechazo a la filosofía platónica,filosofía que condenaba la corporeidad y consideraba inferiores todas las funciones físicas. Las comunidades del románico rural combatían tal filosofía, que acabó siendo la de la Iglesia, con esas imágenes. También aparecen numerosas pinturas de trabajadores, pues el trabajo manual era considerado fundamental, y necesario si se quería poner fin definitivo a la esclavitud, cosa que lograron.

De especial interés es su mención a los monasterios mixtos y familiares, donde convivían hombres y mujeres compartiendo todo, en régimen de igualdad. Como era de esperar, el monacato revolucionario fue denunciado por la Iglesia y destruido por el poder real.

Aunque somos conscientes de que el libro no interesará a mucha gente nosotros lo recomendamos a todos y todas aquellas que quieran conocer otra versión de la historia alejada de la oficial, y también a todos aquellos que sueñen con rehumanizar nuestras vidas, alejándose de los valores dominantes del culto a lo económico, el dinero, el consumo, el odio a los iguales, el enfrentamiento y la voluntad de poder. y es que la sociedad concejil nos da la esperanza en que otra vida, otros valores son posibles. Que no siempre han reinado las fuerzas de la opresión y la deshumanización, que han logrado, en el mundo del hoy, construir una humanidad sin esperanzas ni sueños elevados.


domingo, 10 de marzo de 2013

Las flores de la guerra


Dirigida por Zhang Yimou, Las flores de la guerra es una película china, al parecer la más cara de la historia, que nos ha sorprendido muy gratamente por su combinación entre entretenimiento y profundidad, entre brutalidad y emotividad.

La cinta se centra en los dramáticos sucesos que sucedieron en Nankín, antigua capital china, cuando la guerra entre Japón y China en los años 30.

Invadida por tropas japonesas, la ciudad cae en una orgía de crímenes y violaciones en masa, donde la peor parte se la llevan mujeres y niñas que son las protagonistas fundamentales de esta bella historia. Y es en medio de esta situación de horror, donde los supervivientes intentan escapar a la represión de los soldados japoneses donde se cruzan una serie de personas que intentan salvarse encontrando refugio en una iglesia católica .Un grupo de niñas, que estaban estudiando, unas prostitutas de unos burdeles legendarios de la ciudad y, finalmente, un norteamericano, alcohólico y trabajador de una funeraria. 

Al principio reina entre todos ellos la desconfianza, el egoísmo, el tratar de buscar salida y escapatoria, sin pensar en nada más. Pero pronto todos van siendo conscientes de la necesidad de ayudarse unos a otros, de permanecer unidos, de idear formas de no caer en manos de los japoneses.

La transformación interior de todos , el despertar del sacrificio, del heroísmo y la solidaridad están muy bellamente expresados en una película intimista y emotiva, que también muestra sin tapujos la brutalidad de aquella guerra.

La fuerza del amor y la comprensión acaban triunfando frente al ambiente del sálvese quien pueda, cambiando las vidas de los protagonistas para siempre en unos hechos reales y conocidos por todos en China.

Creemos que pese a su larga duración, de cerca de dos horas y media, es una película que no deben perderse.


domingo, 3 de marzo de 2013

Sobre el naufragio de la izquierda y el Poder



 Escuchando hace poco tiempo a Fernández Tocho, dirigente reelegido de CCOO comentar que el nuevo paradigma tiene que ser, no el emprendedor, sino el asalariado, no pude evitar cierta sensación de tristeza y melancolía al ser consciente de la derrota total de la izquierda, el sindicalismo y lo que se llama el socialismo.  De su ausencia total de visión alternativa, de su desconocimiento y olvido de lo que fueron sus orígenes e ideas iniciales, y de su conformidad con la situación actual, con que las cosas no empeoren excesivamente.

Y es que de la vieja idea de la emancipación de los trabajadores, de la superación del asalariado como objetivo del movimiento obrero ya nada queda. Parece que ya sólo caben dos alternativas, la de ser empresario, o la de ser asalariado. La de contratar trabajadores o la de ser contratado. Y fuera de esto, parece que no hay nada posible .

Es decir, todo el pasado ha sido borrado, de Marx a sus oponentes anarquistas en la Internacional-de los proudhonianos a los seguidores de Bakunin-, convirtiéndose los supuestos herederos de esa tradición pasada en gestores del sistema dominante, en quienes de vez en cuando  dan discursos en defensa de la clase obera mientras en realidad la entregan atada de manos y pies al voraz Moloch capitalista que nos está triturando paso a paso. Y es que, por debajo de su retórica, , el ala izquierda política y sindical del  nuevo Movimiento Vertical en su multiplicidad de siglas y coloridos, las izquierdas son medio cuerpo de la Bestia, a ella sirven y de ella se mantienen, formando parte de la maquinaria que la sostiene, de Comités de Empresa hasta los Consejos de las Cajas, siendo financiados por esa banca a la que de vez en cuando critican para regocijo de sus adeptos.

Del ideal de una sociedad de trabajadores libres, nada o casi nada queda, como si esas ideas nunca hubieran existido. Pero no solo se nos está condenando a no ver más alternativa que el trabajo asalariado, sino que parece que también estamos condenados a tener que luchar por el capitalismo de consumo de antes de la crisis.

La sociedad actual, asfixiada y empobrecida lentamente, o, mejor dicho, más rápidamente de lo que nos imaginábamos por los recortes, parece que no tiene más ideal que intentar volver a la situación de antes de la crisis, al llamado capitalismo de bienestar, al consumo desenfrenado. Como si de aquellos polvos no vinieran estos lodos.

Con esto no queremos decir que no haya que protestar, o que tengamos que resignarnos a la situación. O que tengamos que aislarnos de la gente sencilla. No, nuestro lado está con la gente que sufre, pero no acríticamente. Debemos ser capaces de decir que si lo que se busca es volver a la situación de antes de la crisis-y, cuando escucho a los amigos y compañeros de izquierdas, que son casi todos, hablar, me da la sensación de que en el fondo eso es lo que se pretende, de que lo único que interesa es el aspecto económico, la pérdida de dinero, no las causas profundas de la crisis ni, por supuesto, si somos capaces de plantear otra cosa-, la batalla está perdida. A corto y medio plazo, no vamos a retornar al año 2006, por poner una fecha.

Tenemos que recordar que la izquierda ha gobernado el país muchos años. Y que en la destrucción del tejido productivo, del campo y sobre todo la industria, que se inició en los ochenta, participó activamente.

Es decir, por doloroso que sea reconocerlo para sus millones de votantes, en la creación de la sociedad de servicios, de consumo, de la vaciedad, del pelotazo, de la trituración de los valores humanos, ha sido fundamental, en mayor medida si cabe que las fuerzas derechistas, que se encontraron con casi todo el trabajo hecho y sólo tuvieron que rematar la faena.

Aquel partido de oportunistas, de ausentes de la lucha contra la tiranía, luego pasados a un antifranquismo muerto Franco,o sea el PSOE, fue la fuerza política favorita del capital, aquel que llevó adelante el plan de convertirnos en lo que era claro que nos convertiríamos cuando ese sistema económico de pies de barro cayera. En un erial, en un paisaje desolado donde millones de compatriotas acabarían en la intemperie, sin futuro ni esperanza.

Olvidadas las ideas originales, las izquierdas creyeron posible la existencia de un poder piramidal benévolo, que cuidaría eternamente de los ciudadanos. Pero se trata de una ficción engañosa. El Poder, como todo organismo, es un sistema que tiende a crecer, a desarrollar sus tentáculos, a usurpar las funciones que corresponderían a la sociedad, hasta ahogarla y anularla. Pero, ahora, el sistema ha colapsado y nosotros estamos anulados, pensando que la fiesta iba a ser eterna, y que siempre seríamos sostenidos, que no necesitaríamos de redes horizontales, de amor y cooperación entre iguales.

Las izquierdas, como las derechas, han contribuido a la trituración de lo humano, a la desolación actual. Por tanto, quienes anhelen volver  a ese pasado supuestamente dorado, donde en realidad se preparó el camino de nuestra destrucción, quienes sigan creyendo en la izquierda, sus partidos y sus sindicatos, nada lograrán, se encaminarán a un precipicio, pues, si eso es el ideal de las izquierdas, ¿para qué hacen falta éstas?.

La única forma de enfrentarse a los desalmados que ahora gobiernan, conservadores y liberales, con todos sus medios de comunicación-que son la casi totalidad- es lograr formar una nueva fuerza que se plantee salirse del sistema, que tenga el atrevimiento de pensar en la posibilidad de organizar una sociedad donde los individuos quieran dirigir sus vidas, no delegar siempre en otros y ser dominados. Donde la sociedad de consumo no sea el ideal, que aspire a terminar con el trabajo asalariado, que recupere los verdaderos valores humanos, la tradición del socialismo autogestionario.

De momento, poniendo los pies en el suelo y en el presente,lo que va viniendo es  la progresiva caída en el segundo mundo. Ya se escuchan voces que piden una reindustrialización, pues parece que las oligarquías que nos dirigen se han vuelto conscientes en el sentido de reconocer que la sociedad de servicios no es sostenible económicamente por más que sea positiva para sus objetivos de crear seres humanos sin valores sólidos, hedonistas que sólo piensan en los placeres materiales, en el dinero o la acumulación de propiedades.

Pero en países como el nuestro, donde no hay casi dinero, esa reindustrialización requeriría de inversores extranjeros. Y nadie da duros a pesetas, por lo que si logramos reconstruir el tejido productivo tan alegremente destruido por la clase dirigente, será a cambio de constituirnos en mano de obra barata. Es decir que de esquilmadores de otros pueblos, acabaremos siendo nosotros los esquilmados.

Y, aunque sea impopular y políticamente incorrecto decirlo, y no escuchemos a ningún político hablar de eso, ese es, tristemente, el futuro más probable, salvo que logremos dar un vuelco, cosa muy difícil.