lunes, 21 de julio de 2014

Una pequeña historia para entender el universo

El astrofísico Hubert Reeves nos ha regalado una pequeña joya, un libro breve surgido al calor de las charlas con una nieta adolescente, en aquellas noches de verano, acogedoras y de cielo despejado, en las que contemplábamos el cosmos y esos pequeños y lejanos puntitos luminosos, las estrellas. Visión que nos llevaba a interrogarnos sobre mil aspectos, cómo surgió todo, cómo surgió la tierra, de que están hechas las estrellas, y, sobre todo, la eterna pregunta aún sin respuesta: ¿estamos solos o hay otros seres inteligentes conviviendo en nuestra inmensa casa?.

La afortunada nieta de Hubert tiene la ventaja, frente a la gran mayoría de la gente, de poder contar a su lado con alguien que conoce bien el tema, que puede responder, no a todos, pues es mucho lo que queda por conocer, sino a algunas preguntas.

Una pequeña historia para entender el Universo, versa sobre todos esos interrogantes que nos hacemos en aquellos lejanos tiempos de la infancia, cuando aún conservamos intacta el ansia de conocimiento, antes de irse disolviendo poco a poco en el aburrido encierro de los centros educativos, donde se va asesinando el ansia de saber por lo reglado, lo artificial.

Por las páginas de este sencillo libro, realizado con la intención de hacer nacer el gusanillo del amor a la cosmología, para poco a poco ir siendo capaces de leer textos más densos, más profundos, se explica de forma asequible temas como de qué están hechas las estrellas, por qué calienta el sol, la edad del universo, cómo se expandió éste,los agujeros negros, la materia y la energía oscura, el enigma de las leyes del Universo, que provocan que pueda darse la vida, lo cual hace pensar a algunos en si todo es o no producto del azar,si estamos o no solos, si existen o no multiversos, y, lo más interesante, la similar estructura de la naturaleza con la escritura, sus escalones. Es decir, como lo simple se va uniendo para formar estructuras cada vez más complejas: las letras se unen para formar palabras, y éstas frases. Lo que trasladado a la Naturaleza serían los átomos, cuya unión forma moléculas, estas células hasta llegar a nosotros.

Si queremos interesar a los niños en la ciencia, esta es la manera de hacerlo. Como la escritura, como la naturaleza, comencemos por lo sencillo, para poco a poco llegar a lo complejo.

Por cierto, el autor del libro, aparte de astrofísico, es ecologista. Lógico, no hay amor al cosmos sin amor a la Tierra.


martes, 8 de julio de 2014

El populismo regeneracionista en el horizonte



La crisis económica, que es crisis civilizatoria, ha provocado un fuerte descrédito de los partidos políticos dominantes en los últimos decenios, lo que se ha puesto de manifiesto en el ascenso o irrupción de nuevas siglas, entre las que destaca Podemos, pero también, en menor medida, por la derecha-o el centro, según opinión de cada cual- Ciudadanos, que puede convertirse en competidor en el mismo espacio político de Rosa Díez y su UPyD.

Estos nuevos o relativamente nuevos partidos están unidos por lo que llamaremos discurso de regeneración democrática, o sea una crítica a los gobernantes de PP y PSOE, a los que se acusa de antidemocráticos, opacos, corruptos… Propugnando, los grupos emergentes, la transparencia y honestidad, así como un mayor control democrático, entre otras medidas.

Lógicamente, hay diferencias entre unos y otros, pues su procedencia ideológica es dispar y sus formas y maneras también difieren.

El primer proyecto regeneracionista, Ciudadanos, nace del problema específico del nacionalismo catalán, si bien pronto utiliza un discurso crítico contra el bipartidismo y los llamados políticos profesionales. Impulsado por intelectuales antinacionalistas de izquierdas y derechas, dirigido por un joven de hábil discurso, el partido es una jaula de grillos, dividido por su pluralidad ideológica. Su líder, al que los intelectuales fundadores creen poder manejar como un muñeco se revela una persona inteligente que sigue un camino propio. Tras apoyar que el partido, coherentemente con su ideario, se defina de centroizquierda, pasa en poco tiempo a aliarse con utraconservadores europeos a cambio de un dinero para el partido que no recibe. Tenemos, por tanto, en Albert Rivera, el primer populista o demagogo que utiliza el discurso regenerador para ganar peso y poder, demostrando no tener principios ni escrúpulos, sostenido, como es habitual en la historia, por ciertos intelectuales que consideran que el fin justifica los medios y todo vale contra el “enemigo” nacionalista.

El segundo proyecto que definiremos de populismo regenerador es el de UPyD, de Rosa Díez. Política profesional de toda la vida, tras no conseguir dirigir el PSOE y tras una serie de enfrentamientos con el partido, aprovechando que Ciudadanos decide quedar prácticamente recluido en Cataluña, con presencia testimonial en el resto de España, monta un partido propio, como los primeros, basado en la crítica al nacionalismo y en una ideología llamada “transversal”, es decir ni izquierda ni derecha, con la que poder ganar el mayor número de votos posibles. Regeneradora de puertas para afuera, dentro impulsa purgas y expulsiones de disidentes con su línea o figura.

Ciudadanos y UPyD son los precursores del neopopulismo o neolerrouxismo, basado en decir una cosa y hacer la contraria, en ocultar sus ansias de poder con un discurso atrayente a las clases medias descontentas con PP y PSOE y a la vez afectas al nacionalismo español. Como todo populismo su relativo éxito se basa en un esquema simplista: los males de España vienen del egoísmo de los nacionalismos periféricos . Ellos son las fuerzas a combatir para volver a crear una gran España . Algo que no se sostiene cuando vemos que España ha sido gobernada por PSOE y PP, por no remontarnos a UCD y a la dictadura de Franco. Por tanto el destrozo del país ha sido realizado por lo que llamaremos fuerzas “españolistas”

Durante un tiempo parecía que Rosa se había llevado el gato al agua en cuanto al éxito de su formación política en representar a los regeneradores .Pero, he aquí que aparece Podemos, y, de forma inesperada, logra unos buenos resultados en las europeas.

Aparte de su aparición en  diferentes medios, desde la ultraderechista Intereconomía, a los medios llamados progresistas, como La Sexta , su éxito radica en haber sabido utilizar un lenguaje que, en una situación de quiebra de un país, con una corrupción generalizada en partidos, sindicatos, patronal… ha llegado a muchos votantes, especialmente a los que definiremos como ala izquierda de la empobrecida clase media.

Sus críticas a la llamada casta, a la Troika, a la banca y demás ha calado hondo en nuestro país, lo que debe sumarse a una situación de crisis en las izquierdas, con un PSOE muy desacreditado y una Izquierda Unida que aunque crecía por el desgaste de los primeros, parecía hacerlo poco y no ilusionar por lo vetusto de su proyecto, de su partido guía, el PCE.

Este ha sido el caldo de cultivo que ha favorecido la irrupción de Podemos, que se presenta como una regeneración en la izquierda, al extremo de que en ocasiones sus líderes se han desmarcado de la utilización de esa división izquierda-derecha.

No obstante, y más allá de que probablemente el sistema pueda impulsar esta opción para sustituir a otras envejecidas o desacreditadas de la izquierda, debemos ser consciente de que esta nueva sigla es la representación exitosa de un populismo desbocado por la izquierda, y que realmente no suponen una novedad, sino una reconversión de la vieja izquierda autoritaria o leninista, consciente de que ya no le sirve sus señas de identidad, su discurso tradicional para lograr el poder.

Impulsados por una formación trostkista ,Izquierda Anticapitalista, sus tres cabezas visibles proceden del ámbito del comunismo, ya estalinista ya trostkista, para acabar desembocando en lo que es una versión más suave o descafeinada del leninismo, el chavismo .Desaparecida la Unión Soviética y sin posibilidades de hacer nada importante manteniendo la idea del partido vanguardia que representa al proletariado, o sea el Partido Comunista, es necesario sustituirlo por un Caudillismo militarista, por un Jefe o Líder que ya no habla en nombre del proletariado, sino del pueblo y que se erige en su representante, pues él sabe lo que quiere la población.

Este nuevo izquierdismo tiránico, aunque necesita de un Partido, ya no impone por las armas y el terror un régimen de partido único, pues saben que la situación no se presta a ello .Lo que hacen, y en esto son más inteligentes que los viejos comunistas, es crear organizaciones “populares” en los barrios, que ,con el anzuelo de la democracia participativa no son más que grupos que se movilizan y manifiestan en defensa del nuevo Estado, del Líder y ,a ser posible, pueden ejercer funciones de control y vigilancia de la población, espiando, amenazando y controlando a quienes disientan. Son o se quiso que así fueran, pues el experimento tuvo escaso éxito, por ejemplo, los Círculos bolivarianos.

De ahí la creación de sus discípulos españoles, Iglesias, Monedero y Errejón-“Chávez es necesario, los demás somos contingentes”, llegó a decir Pablo Iglesias en un vídeo-, de los llamados, curiosamente, Círculos. Intuimos, visto lo hecho por ejemplo en la Universidad de Políticas y Sociología en una visita de la ahora rival política Rosa Díez, a la que coaccionaron e intentaron no dejar hablar-antes de que formaran Podemos- que los tiros en lo referente a la función final de los Círculos van por ahí.

Enemigos de la libertad, su caudillismo se encubre con una defensa de la democracia participativa, lo que es muy rentable políticamente pues conecta con una necesidad de un creciente sector de la población.

Por otra parte, sus propuestas económicas de Reino de Jauja, sin decir de dónde van a sacar el dinero, conectan muy bien con la mentalidad bienestarista y economicista de la izquierda burguesa, que si bien por una parte se manifiesta defensora del estatismo, al creer que el Estado es una vaca lechera a la que se puede ordeñar y exprimir su leche hasta el infinito y más allá, acaban por quebrarlo y, paradójicamente, dejar el terreno libre a los neoliberales.

En realidad Podemos tiene mucho de zapaterismo  abiertamente populista, de ahí también algo o bastante de su éxito. Su capitalismo de Estado, coincidente con lo que llamaremos izquierda radical, que tiene la nacionalización de la banca como propuesta estrella, no deja de asemejarse en realidad al falangismo o fascismo clásico, que también sostenía esas propuestas .

De hecho, podemos afirmar que en España el sustituto de la ultraderecha europea está en el “izquierdismo radical”, al menos de momento, cuyo ideal parece ser una mezcla demagógica de Venezuela y Suecia, aunque nosotros no tengamos petróleo ni una economía como la sueca.

Para acabar decir que en nuestro país parece estar asentándose, ya veremos si hasta el extremo de llegar al gobierno, un populismo “regeneracionista” que aspira, quizá más claramente en el caso de Podemos, más inteligente y ambicioso que  el de Ciudadanos y UPyD, a sustituir a los viejos partidos y a convertirse, para usar la palabra de moda, en una nueva “casta”.


Ningún país está a salvo de populistas y salvadores, a un lado y otro del espectro, y menos en casos de crisis grave .Nosotros no somos la excepción.