miércoles, 24 de septiembre de 2014

Comunidad, democracia y moral: el autogobierno comunal como posibilidad


Es habitual , cuando se habla de sistemas políticos, dividir éstos entre democracias y dictaduras, considerando con naturalidad que cuando se habla de democracia nos referimos a una democracia de partidos, en los que la ciudadanía expresa su preferencia por unas u otras siglas políticas.

Sin embargo aunque, como es habitual, los hombres y mujeres de la modernidad creen haber desarrollado el sistema democrático más avanzado, una mirada sin prejuicios al pasado y una reflexión crítica sobre lo que consideramos democracia nos hace considerar que, lo más cercano a la democracia en su sentido etimológico, de gobierno del pueblo, son las diversas experiencias, pasadas y presentes de lo que llamaremos autogobierno comunal, que hoy subsiste en algunas comunidades latinoamericanas.

El verdadero autogobierno comunal  se basa en la creación de instituciones democráticas tipo Concejos, Consejos , Asambleas u otras pero no dirigidas por partidos políticos o Caudillos, sino por la propia comunidad, que elige a sus representantes- los cuáles tienen que aplicar las decisiones tomadas en las Asambleas-, no por las siglas políticas, sino por su moral o ejemplaridad en su vida privada y pública.

Estas diferencias con nuestro sistema no son en absoluto menores. Aquí, dejando de lado  la estructura vertical de toda institución, no se escoge a los representantes políticos por su moral, por sus actividades cívicas reconocidas por todos-en una palabra por su prestigio, en su sentido ético- sino por su lealtad a los líderes que encabezan los partidos correspondientes.

Nuestro sistema, por tanto, favorece, en general, el ascenso al poder de los peores, de los sumisos, de los amorales, de los sedientos de dinero y bienes materiales o de los leales al aparato, lo que es aplicable a las organizaciones sindicales y empresariales, por ejemplo.

En el gobierno comunal, las personas elegidas, aparte de serlo durante un tiempo y poder ser revocados si se da el caso, no tienen un sueldo o unos privilegios por su labor. La actividad política está mucho más orientada al bien común, no a un negocio.

En el sistema comunal, la sociedad es más sólida, la comunidad está menos fragmentada o atomizada.
Los partidos políticos, valga la redundancia, parten la sociedad para quedarse ellos con el poder o parte de él. Necesitan del enfrentamiento de unos con otros para mantenerse fuertes, aunque, cada vez más, sus diferencias sean escasas.

La pluralidad y diversidad de opiniones puede expresarse de diferentes maneras, a través del ensayo y el error, y en el diálogo de unos con otros se pueden acercar posturas e incluso aceptar que el otro, los otros, tenían razón, frente a nuestros debates y tertulias, que son poco más que gallineros donde lo importante radica en quién habla más alto.

Por otra parte, se nos presenta, y gran parte de la población adoctrinada de nuestros países así lo cree, que el juego izquierda derecha es algo natural, alinéandose  bandas de fanáticos educados a un lado o a otro, siguiendo programas y gurús televisivos de un signo u otro, y condenando a los rivales. Pero tal juego no es más que un circo, una parodia, pues el Sistema necesita de “fachas” y “rojos”, de liberalconservadores e izquierdistas para entretener a las multitudes y  para que la población apoye sus más delirantes proyectos de ingeniería social, en los que, hay que reconocerlo, la izquierda juega y jugará un papel esencial, haciendo pasar como progresista lo que no es más que el desarrollo de un Estado policial y el camino hacia un capitalismo total, como la célebre Ley de Violencia de Género, y, quizá, próximamente, una Ley de Eutanasia para ir liquidando bajo discursos de progreso a la población considerada improductiva ,que es a lo que conducirá el desarrollo lógico del Régimen estatal-capitalista si no le ponemos remedio.

Que esto no es una insensatez lo demuestra un hecho como que el Presidente de la Sexta, cadena considerada de izquierdas es Lara, hombre de derechas, ¿por qué será?.

Retornando la reflexión sobre las experiencias de los autogobiernos comunales, otra de las características que le hacen diferir del nuestro es la mentalidad de deberes, necesaria tanto para participar, como para ser elegido cargo público, al no tener estos, en la mayoría de los casos remuneración económica o privilegios de algún tipo .Frente a nuestra obsesión con los derechos ,llegando a pensar que una acumulación de éstos nos va a llevar a otra sociedad, lo cual es una absoluta ingenuidad pues los derechos se conceden y, por tanto, se quitan cuando interesa a la clase dirigente; las sociedades comunales, con buen tino, consideran que es una mentalidad de deberes de unos para otros, e incluso con el entorno, la Naturaleza, a la que debemos nuestra existencia, lo que nos puede llevar a otra cosa.

Esa conjunción de autoridad moral y deberes-sin excluir derechos-, de leyes consuetudinarias o de creación popular-las imprescindibles, frente al marasmo de nuestras sociedades-, de un sentido de la justicia elevado que evite en lo posible la cárcel intentando otros medios punitivos como el trabajo para la comunidad, el desarrollo de la propiedad cooperativa y comunal, frente a la capitalista y estatal, hace de ese sistema político algo a tener en cuenta como futuro alternativo.

Por supuesto nada es totalmente imitable y nuestro estado de postración, nuestro pedestal ruinoso y corroído por el culto al Progreso , del que estamos cerca de caer los siervos endiosados de las sociedades de consumo, bienestar y abundancia, con nuestro desprecio al pasado y a las tradiciones, condenadas en bloque como algo reaccionario y opresivo-aunque no seamos, los modernos, más que peleles movidos a un lado y otro por los múltiples aparatos de poder- hace que estemos lejos de poder hacer realidad algo parecido.

El camino es largo, pero, como hemos expresado en varias ocasiones, las propuestas fáciles, vendidas como salidas a la situación, nunca nos llevarán a nada diferente. Sólo lo complicado, lo complejo, lo que requiere de años de esfuerzos, éxitos y fracasos, nos puede permitir vislumbrar la luz.