sábado, 16 de mayo de 2015

El principio federativo: actualidad del pensamiento de Proudhon

Libro escrito por uno de los padres del anarquismo decimonónico, Pierre Joseph Proudhon, en 1863, en el que defiende la tesis de que no existen sistema puros de gobierno pero que el mejor, para él ,consistiría en el que equilibraba o armonizaba autoridad y libertad pero de tal manera que la primera quedara subordinada a la segunda, de tal forma que el Estado y la autoridad vayan convirtiéndose progresivamente en algo superfluo, con atribuciones limitadas.



Es conocido nuestro autor por su enfrentamiento con Marx, al que consideraba creador de una nueva religión despótica, el socialismo llamado científico, que buscaba dominar y oprimir a los trabajadores en su nombre, gobernando a éstos por medio de decretos desde las alturas.

Lo que más se asemejaría a su ideal sería el sistema federal, el principio federativo. Es decir la asociación, pacto o acuerdo mutuo razonado entre individuos y comunidades. Contratos sinalagmáticos o bilaterales que obligan recíprocamente los unos a los otros y conmutativos en la cual la parte da o hace algo equivalente al que se le ha dado a ella.

Su idea es la armonía o equilibrio de contrarios, la unidad y la diversidad, la autoridad y la libertad, la centralización y la atomización o nacionalismo disgregador.

Su visión nos alerta del peligro de la creación y desarrollo de los Estados-nación que como se ha demostrado son una amenaza para la paz y la libertad de los pueblos y comunidades, ante las tendencias opresivas de éstos dentro y fuera de sus fronteras.

Un punto destacado de su obra es que defiende la descentralización no sólo política sino económica, a través de la idea de la federación agrícola industrial, poniendo los medios de producción en manos de las agrupaciones de los trabajadores del campo y de la industria, logrando conseguir la rotación de tareas, evitando la excesiva especialización o parcelamiento de actividades, alejándose del trabajo esclavo o asalariado...

Otro elemento interesante del Principio Federativo consiste en su escepticismo en cuanto a la existencia ya mencionada de sistemas perfectos o puros: así reconoce la limitación producida en muchas ocasiones de la autoridad en sistemas de monarquías absolutistas y regímenes burgueses, que acaban delegando funciones en otras personas ante la extensión de los territorios y la complejidad de la realidad, o bien para defender sus privilegios; mientras que movimientos populares defensores de la democracia, debido a una mezcla de ignorancia, inexperiencia, necesidades materiales, visión cortoplacista u otros elementos, acaban entregando el poder a un Tribuno o Líder mesiánico y demagógico, que acaba instaurando un gobierno cesarista.

Nuevamente la historia de muchas revoluciones, desde la francesa, a la rusa y otras, así como los partidos y movimientos populistas de ayer y hoy-Perón, Alvarado, Chávez y Maduro y otros actuales en Europa- le han dado la razón.

Para Proudhon el papel del Estado debe ser el de un iniciador o legislador de asuntos comunes, regulando algunos aspectos políticos y económicos, pero siempre definiendo su alcance todo lo posible, para no menoscabar la libertad de asociaciones y comunidades.

Algunas de sus ideas, por tanto, siguen siendo de actualidad, como su interés en la división o equilibrio de poderes-poco habitual en el mundo revolucionario-, la independencia administrativa o la federación de trabajadores, entre otras.

Su esquema, su ideal, puede servirnos para evitar dos tentaciones opuestas pero de consecuencias nefastas: tanto la de quienes apoyan la creación de un superestado mundial que concentraría un poder enorme y desconocido en la historia como la de quienes defienden la vuelta a la fragmentación en múltiples estados-nación pensando que éstos son más democráticos, y sus oligarquías mejores y preferibles a otras supranacionales; olvidando por ejemplo la reciente historia de Europa: sus dictaduras y sus dos guerras mundiales.

Aunque en su libro no menciona la necesidad de una federación mundial, la existencia de problemas globales haría necesario intentar pensar cómo crear algo parecido, cómo partiendo de lo local se llegue a lo internacional, evitando que la institución supranacional acabe concentrando el poder y eliminando el sistema federativo, la sociedad federal.

Los revolucionarios del hoy y del mañana tienen un terreno complejo que explorar y en el que pensar, siendo Proudhon uno de los pensadores a tener en cuenta.




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