miércoles, 20 de abril de 2016

Reflexiones sobre la decadencia de las izquierdas y su sustitución

De Brasil a Venezuela, pasando por Grecia, entre otros ejemplos de fracasos recientes, sitúan a las fuerzas políticas de izquierdas, a nivel mundial, en una situación de crisis, de incapacidad para encontrar un proyecto serio, de verdadera transformación.

Pienso que para analizar su descomposición, tendríamos que retrotaernos al pasado, por un lado, y, por otra, en vez de juzgar y culpar a sus dirigentes, reflexionar críticamente sobre sus seguidores, sus votantes, sobre que es lo que realmente quieren y anhelan. Sencillamente porque no es justo culpar a unos pocos y autoexculparse de la responsabilidad individual.

Aunque es un tema polémico creo que el totalitarismo soviético y la extensión y fuerza de tal experiencia, especialmente en el mundo de la izquierda intelectual, pero también en multitud de universitarios, fue el primer aviso de que amplios sectores de la izquierda podían sostener y defender valores opuestos al lema Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Izquierda y despotismo, dejaban de ser opuestos. Caído el Muro de Berlín, y en algunos casos unos años antes, la socialdemocracia se convirtió en refugio de muchos excomunistas. No hubo mucha autocrítica, y declararse de izquierdas, era y es visto como algo que da superioridad moral.

Pero si malo es el complejo de inferioridad, igual de negativo resulta el complejo de superioridad. Mirar por encima del hombro a otros o creerse que una mera adscripción "ideológica"-pongo comillas porque en realidad la o las izquierdas contemporáneas en realidad no tienen ideología o un sistema político y económico de creencias elaborado- da carta de superioridad.

Esta actitud, muy frecuente entre los seguidores de las izquierdas, es incompatible con la consideración de la necesidad de revisar conceptos, analizar los errores y fracasos y adecuar una estrategia y un ideario a la época en la que se vive.



Y son esas faltas las que están provocando su caída en muchas partes del mundo. Caudillismo, autoritarismo, corrupción, demagogia, engaño...han seguido siendo sus actitudes también en nuestro siglo, desde el Socialismo Siglo XXI de Venezuela, cuyo fin es visible, pasando por la corrupción del PT en Brasil, al engaño de Syriza, o la banalidad populista de la nueva hornada de líderes de los partidos emergentes, como Colau o Pablo Iglesias-política de gestos-, entre otros.

Pero si decíamos más arriba que no se debían cargar las tintas con los jerarcas de sus partidos, se hace necesario acercarse a sus votantes y sostenedores, responsables verdaderos de los nuevos fracasos, por sostener y apoyar unos discursos agotados, fuera de época.

Es muy frecuente, cuando los libertarios debatimos con amigos de izquierdas, que se nos tilde de utópicos. Pero no puedo evitar sonreír con cariño al darme cuenta de que su realismo es falso, pues cuando se rasca un poco nos damos cuente de que el objetivo y el sueño que persigue la casi totalidad de las izquierdas, movimientos políticos y seguidores, es volver al pasado, a un Estado de Bienestar de una época desaparecida.

Se me hacen las gentes de izquierdas personas que pese a decirse realistas, caminan con los ojos vendados por las calles, golpeándose con todos los obstáculos con los que topan. 

Negándose a ver la cruda realidad en la que estamos, con un sistema económico que está colapsando paulatinamente, con una más que probable nueva recesión mundial, con una desaparición a toda pastilla de la antaño potente clase media, con el paso de la sociedad mileurista a la seiscientoseurista; con todo esto, sus propuestas de volver al consumo desaforado con un Estado a la sueca que pueda ofrecer grandes prestaciones tienen menos futuro que un caramelo a la puerta de un colegio.

En sus delirios pseudorrealistas creen que su fantasía es posible asfixiando a los millonarios a impuestos, como si en España dieras una patada a una piedra y salieran cuatro o cinco ricachones corriendo a los que perseguir.

Junto a su "impuestitis", está un numeroso grupo que considera que con una nueva Constitución lloverá maná del cielo. Este sector culpa a la Constitución del 78, o lo que ellos llaman Régimen del 78 en un alarde de radicalismo infantil y en realidad burgués, de nuestros males .Pero yo, qué quieren que les diga, no acabo de ver la relación entre la Constitución del 78 o el bipartidismo de momento superado, con la crisis económica mundial, las burbujas financieras o el agotamiento de los recursos fósiles.

Ésta sería la postura que llamaremos legicentrista, la creencia en que el cambio está, valga la redundancia, en cambiar las leyes desde el Poder. Para esas mentalidades, a más leyes, más bienestar y felicidad. Aquí opino lo contrario, el verdadero cambio está en cambiar nuestra mentalidad y actuar en consecuencia, y cuanto más leyes más coacción y represión; suponiendo que haya cambio, tal transformación sería evidentemente negativa, pues consistiría en seguir tratando a las gentes como críos a los que gobernar con mano de hierro.

Desde posiciones de este tipo, sumadas al relativismo moral, el autoodio a las propias tradiciones y el buenismo ingenuo con respecto a otras- del estilo Alianza de Civilizaciones de Zapatero-, nada serio se puede construir. Las masas de izquierda serán aplastadas más pronto que tarde por la dura realidad, ajena a sus quimeras travestidas de pragmatismo y prepotencia.

La negación de la realidad conduce, a la larga, a una irrelevancia que otros aprovechan, y que está favoreciendo el ascenso de la ultraderecha en Francia y Alemania, por ejemplo, con la absorción de numerosos antiguos votantes de las izquierdas, o, como ya hemos dicho para el caso de España, la creación de unas nuevas izquierdas, mucho más cercanas al fascismo de lo que nadie quiere reconocer-con la diferencia de que no hacen gala de patrioterismo español- sin más proyecto que un ansia de poder extrema, disfrazada con un discurso hueco de palabras vacías pero que mucha gente gusta de oír, como el partido de la gente, la mayoría social ...

Ante el más que evidente fracaso, ya perceptible, de las propuestas de las izquierdas, y el vacío que dejarán, otras opciones intentarán ocuparlo.

Lo que nosotros desearíamos sería el renacer de una opción revolucionaria de corte autogestionario, donde la moral de gobernarse a uno mismo fuera ocupando el lugar de la servidumbre voluntaria y la conquista y gestión por las comunidades y los trabajadores de los medios de producción asomara la cabeza, como en tiempos pasados.

Pero una cosa es el deseo y por lo que moveríamos el culo de la silla y otra cosa lo más probable. 

Y lo más probable, como en casi todas las situaciones de crisis, es que un denso manto de autoritarismo se adueñe de todo. Qué rostro adoptará este autoritarismo no se puede saber:puede ser el mencionado fascismo, o bien, ante el desprestigio absoluto de los partidos políticos, el propio sistema lograr que la población aplauda su fin para colocar en su lugar-con aprobación popular, fácil de lograr con una adecuada campaña televisiva- una autocracia con bandera tecnocrática, de gobierno de "expertos".

Sea lo que sea que nos depare el futuro, siempre será conveniente caminar sin vendas, aunque lo que se nos acerque por la acera sea una forma de aspecto terrorífico.

miércoles, 6 de abril de 2016

Breviario de podredumbre


Místico del Vacío, poeta y cantor de la belleza desoladora de las ruinas, las decadencias crepusculares,  las lágrimas, los desengaños y los fracasos; Cioran es, fue, un ensayista único.

Sus frases, sus aforismos de oscuridad luminosa, son como martillos que nos golpean sin cesar, desde que se abren hasta que se cierran sus libros. Todos nuestros asideros, nuestras esperanzas, lo que hace que queramos seguir respirando y encontrar una rendija de luz que nos impulse a avanzar en el mar de lágrimas y desesperación en que navegamos, se van resquebrajando de la misma manera que nuestro cuerpo y nuestra mente lo hace con el paso de los años, invadido por un creciente ejército de termitas que se va multiplicando lentamente, imperceptiblemente, doblándonos hasta hundirnos con su roer diminuto pero sin descanso.

En Breviario de Podredumbre, prologado por quien fuera su amigo y difusor en España, años ha, Fernando Savater, vemos pasar por escena, vapuleados sin piedad pero con ironía, nuestros personajes más queridos. Desde la propia vida, esa gran desdicha y desgracia que nos ha tocado en suerte-mala- según nuestro pensador, al amor, la procreación, las ilusiones, los ideales, las utopías, los conquistadores, los grandes hombres, el monoteísmo... Quienes son presa de sueños son para Cioran fanáticos, asesinos en potencia, portadores de muerte y destrucción.





Las mejores épocas son, para él, las de la decadencia, cuando se desmoronan los grandes sistemas de valores, amaneciendo, por breve tiempo, una sociedad más tolerante, y unos gobernantes más corruptos, pero más llevaderos, menos dados a entrometerse en las vidas ajenas. Situación que no tarda en desaparecer al nacer un nuevo fanatismo, con sus dogmas y sus hogueras.

Mil y una divagaciones recorren el libro, el elogio de la melancolía, la soledad, la muerte como suprema liberación, al desaparecer el torturante Yo, el escepticismo como actitud saludable y muchos otros temas como la enfermedad o la santidad.

En mi opinión es un libro que no admite ninguna presentación al uso, como no lo tendría un diamante en bruto en una cloaca.



Sólo cabe leerlo y embriagarse de ese maravilloso  pesimismo, que tanto nos  ayuda,paradójicamente, no a encontrar un sentido de la vida, sino a no dejarse afectar por las sombrías voces y puñaladas de algunos otros seres fantasmales y absurdos, caídos en castigo en este mundo, como nosotros, que no son aún conscientes de que su constante luchar  buscando una gloria, un éxito o una fama brumosa tiene el mismo sentido que el de los egipcios que se enterraban con sus pertenencias y alhajas, esperando gozar de ellas en ese monstruoso y quimérico sueño que se llama Vida Eterna.

Para acabar con tal horror basta con la frase final del Breviario de podredumbre:" ...Pues nuestro destino es pudrirnos con los continentes y las estrellas, pasearemos, como enfermos resignados, y hasta el fin de las edades, la curiosidad por un desenlace previsto, espantoso y vano".

Y para rematar: "El Árbol de la Vida no conocerá ya primavera: es madera seca; de él, harán ataúdes para nuestros huesos, nuestros sueños y nuestros dolores"

Pasen y disfruten de Cioran, aunque recomiendo dejen pasar tiempo entre uno y otro texto, para que lo positivo y liberador de su lectura, no se convierta en un río que les anegue de tristeza y melancolía. Disfrutar del alcohol requiere de pequeñas dosis, no lo olviden.